Dejamos a merced de los lectores de "Fragor" esta magnífica entrevista bebida del blog: "La casa de la bella durmiente".
Disfrútenlo:
Diego.
"España es la que está loca, no yo"
ENTREVISTA: EMERGENTES Y DIVERGENTES Leopoldo María Panero/ Poeta
MIGUEL MORA / JESÚS RUIZ MANTILLA
EL PAÍS - Última - 09-08-2005
La cita es en la Residencia de Estudiantes, y están con él dos amigos: el poeta canario Félix Caballero, con quien Panero ha escrito ya dos libros, y Amaraba, una fan misteriosa. Los dos fuman como él (hay siete paquetes abiertos sobre la mesa) y asisten risueños a la exhibición de Panero, que lleva ingresado cinco años en el manicomio canario del doctor Rafael Inglod (ahora sólo duerme dentro), tras pasar 14 en el de Mondragón.
Hablando también escribe poesía.
Leopoldo María Panero
Pregunta. ¿Cómo es el manicomio?
Respuesta. El puto infierno. El asunto del veneno empezó en Mondragón, pero lo de Inglod es peor. Me han dado toneladas de haloperidol y todavía no he muerto. Lo de Rasputín fue una noche y a puerta cerrada; lo mío va para 20 años y es a la luz del día: el diario de un hombre infinitamente envenenado. España es la que está loca, no yo.
P. ¿Por qué le dan haloperidol?
R. Porque me pasé tres años sin cerrar la ventana.
P. ¿Y qué le hace?
R. Atonta. Pero más inteligente que yo, imposible. Soy tan inteligente como Nieztsche.
P. ¿Cómo se vive dentro?
R. Todo ingreso es un secuestro clínico, toda internación es ilegal. Allí se tortura:no dejan fumar, te hacen hacer la cama siete veces, azuzan a los locos contra mí y no les atan... Atan a los viejecitos por nada y a esos cabrones no los atan.
P. ¿Le dan electroshocks?
R. López Ibor te daba electroshocks y luego te ponía una imagen de santa Teresa en la mesilla. No he visto un nazi parecido en los días de mi vida. Ahora, la lobotomía y el electroshock están prohibidos, y las correas también, salvo en caso de sangre o pelea...
P. ¿Mienten los locos?
R. El loco yerra pero no miente, tiene la perniciosa manía de decir la verdad, como el borracho.
P. ¿Acaso existe la locura?
R. No. Los locos son gente muy puteada y se esconden para que no les hagan más daño. El mito de la enfermedad mental, de Thomas S. Szasz: si el loco es un hipócrita, no está loco, es un hipócrita y punto. Yo aprendí telepatía en París, entendí que pensar venía de hablar, y hablaba y leía en voz alta. Me quedé telépata. "El cante sin guitarra, / el cante a palo seco, / el cante sin meis nada". Es un poema de João Cabral de Melo Neto.
P. Ah. ¿Le gusta el flamenco?
R. No creo en la clase obrera española. Son payasos alfredolandescos. Tras 40 años sin ideología obrera, sólo queda la picaresca y un proletariado chistoso.
P. ¿Psiquiatría o poesía?
R. He pensado dejar la poesía como Rimbaud para dedicarme a la psiquiatría, pero a la real, no a esa falsa que Wittgenstein llamó La máscara y el lenguaje.
P. ¿La literatura cura?
R. Alguna sí. Los literatos españoles se dividen en dos: el burgués ambicioso y los mamarrachos abominables.
P. ¿Cree en la democracia?
R. Soy anarco individualista, pero creo. Me sorprende que alguien dijera que la democracia es un anacronismo. No creo que Tejero sea muy moderno. Pero los diputados están como cabras.
P. ¿Qué le parece la ley de matrimonio homosexual?
R. Yo soy bisexual y sadomasoquista. Sádico con las mujeres y masoca con los hombres, aunque también sádico con algunos tíos, depende de lo guapos que sean.
P. ¿Cómo se hizo poeta?
R. A los cinco años. Mis padres estaban aterrados. El poema decía: "Mi corazón temblaba y no era un sueño / fueron muriendo todos los soldados de la guardia del rey / y mi corazón seguía temblando".
P. ¿Freud o Lacan?
R. Freud se creía el anticristo, pero era ambiguo. Decía: "¡¿Sabía usted que soy el diablo y Dios construye catedrales en torno a mí?!". Lacan sabía que los locos sabían que él era el anticristo. Según Jung, Cristo y el anticristo son el sí mismo. El yo no existe en la especie humana. Es lo que Lacan llamaba "el sombrero de Napoleón". El yo es en lo que se pierde el loco. Y el anticristo son los bancos.
P. ¿Por qué no abre un dispensario antipsiquiátrico?
R. Pensé hacerme millonario con la antipsiquiatría y lo sería si me pagaran los derechos.
P. ¿Su poesía es automática?
R. No me prohíbo nada salvo cagar en la silla. Pero mi poesía es técnica. Hablando del cuerpo, Spinoza dijo: "Nadie sabe lo que puede el cuerpo". Y Neruda: "Te escucho orinar al fondo de la habitación". Voy a echar una meada.
P. [Se va, vuelve] ¿Cuál es su poeta favorito?
R. Neruda no me gusta. Mallarmé, sí. Escribe científicamente [recita un poema en francés].
P. ¿Preferiría ser francés?
R. Querría irme a París. Allí no están tan locos como aquí. Aquí no se puede pensar. No es raro que el Quijote sea el ídolo. A san Juan de la Cruz casi lo queman porque se lavaba todos los días. Este país está obsesionado con el sexo desde hace siglos y por eso odian a Dios, porque lo ven castrador.
P. No le gusta el Quijote.
R. Es una novela río asquerosa. Me gusta El licenciado Vidriera.
P. ¿Quién le dicta sus poemas?
R. Como no sea mi conciencia... El hombre no habla, es hablado, dijo Lacan.
P. ¿Escribe en trance?
R. No creo en la bestia de la inspiración, yo cultivo el espanto como una ciencia.
P. ¿El nuevo Papa?
R. Un filonazi. Mi doble.
P. ¿Zapatero?
R. El príncipe de las tinieblas. "Oh, Satán, tú tienes dos cosas: el oro y el regazo de la mujer" (Goethe).
P. ¿Negociar con ETA?
R. Por supuesto. Hace siglos dije que sólo ETA hace oposición. Un falso majareta, culto y sarcástico.
"Hola. ¿Es usted Mora o Mantilla? ¡Da igual! ¿Me puede traer cinco paquetes de Nobel?". Leopoldo María Panero (Madrid, 1948) fuma como un loco pero apaga los pitillos antes de la mitad. Sufre esquizofrenia, o eso dicen los psiquiatras. Los únicos síntomas aparentes son sus murmullos inaudibles, su enganche a la coca light y su paranoia (comprensible) con la CIA. Por lo demás, su lucidez destellante, su inteligencia sarcástica, su cultura-baúl (suelta citas y recita en varias lenguas y sectores: Lacan, Marx o ¡Ana Torroja!: "Y los jamones son de York") y su curiosidad insaciable (poesía, literatura, psiquiatría, antipsiquiatría, física...) le convierten, más bien, en estos tiempos lelos, en un cuerdo tan indispensable como inalcanzable.
Algunos poemas suyos
Amanecer sobre la tumba
En la playa de la noche
mostraba mis ojos a las sirenas
que jugaban impunemente con mi pene
con el falo que en el lecho maloliente
deshacen los sueños y cae la piedra
del pensamiento al suelo.
"Poesía" 1970 - 1985
Diario de un seductor
No es tu sexo lo que en tu sexo busco
sino ensuciar tu alma: desflorar con todo el barro de la vida
lo que aún no ha vivido.
"El que no ve" 1980
Himno a Satán
«Ten piedad de mi larga miseria»
Le fleurs du mal Charles Baudelaire
Tú que eres tan sólo
una herida en la pared
y un rasguño en la frente
que induce suavemente a la muerte: tú ayudas a los débiles
mejor que los cristianos
tú vienes de las estrellas
y odias esta tierra
donde moribundos descalzos
se dan la mano día tras día
buscando entre la mierda
la razón de su vida; yo que nací del excremento
te amo
y amo posar sobre tus manos delicadas mis heces.
Tu símbolo es el ciervo
y el mío la luna:
que caiga la lluvia sobre
nuestras faces
uniéndonos en un abrazo
silencioso y cruel en que
como el suicidio, sueño
sin ángeles ni mujeres
desnudo de todo
salvo de tu nombre
de tus besos en mi ano
y tus caricias en mi cabeza calva
rociaremos con vino, orina y sangre l
as iglesias
regalo de los magos y debajo del crucifijo
aullaremos.
"Poemas del manicomio de Mondragón"
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